lunes, 5 de diciembre de 2016

CUANDO AMAR ES VERTIENTE





CUANDO AMAR ES VERTIENTE


Hoy presentamos un libro de poemas muy especial, no precisamente singular, porque la temática es el amor de pareja, y de eso mucho en poesía hemos visto, sino por la percepción luminosa de los principios que sostienen el flujo del Amor en el Universo todo.
Esto es lo que trasluce en estos poemas.
No es fácil percibir el fenómeno amoroso estando involucrado en el vórtice del arrobamiento, del mismo modo que no es posible ubicarse en el centro de un tornado. Las fuerzas puestas en juego en ambos casos son inmanejables, y los principios de la acción habitualmente se confunden.
Lo notable en este caso de “Cuando amar es vertiente” es que surgen claramente del fluir de las palabras poéticas los principios prístinos de toda acción amante, más allá de que esta sea atinente a una pareja, a un amor filial, un amor de amistad o cualquier otro.
Les propongo entonces que vayamos conversando estas visiones de la realidad amorosa en su nueva versión, intercalando con las lecturas de los poemas en la voz y figura de su creadora: Cecilia Glanzmann:


Te amo y me amas
La humildad aparece aquí en el primer plano: “nuestro crecer humilde”, nos dice Cecilia al citar este agigantamiento de su mutuo amor. Reconoce que es la humildad la que posibilita el transporte del Amor en toda su expresión. No hay crecimiento del Amor sin humildad, y hay que decirlo.
Nos muestra también en este poema que la aparición del “Otro” es el motivo de nuestro existir. Y en este Otro descubre el espejo que le permitirá verse y reconocerse en él: “descubrir y descubrirse día a día” nos dice.
La pareja es la oportunidad que nos da la vida para posibilitarnos la interrelación con “El Otro” que nos completa y nos permite vernos. Este efecto de espejo es mutuo, ocurre en ambos por igual.
La pareja humana nos permite el ascenso en el amor como ningún otro esquema de vinculación puede lograrlo (amistad, amor filial), por la magnitud y profundidad abarcante del fenómeno.


Canto a la alegría intensa
La Alegría es la manifestación del flujo del Amor.
Su consecuencia es la Felicidad.
La felicidad ha sido puesta por la especulación filosófica en la meta del camino de la vida, pero creo que esto es falso.
La búsqueda debe centrarse en la Armonía vital que nos vuelve uno con el Universo y se logra con la Paz interior. Este es el verdadero objetivo a tener en cuenta. Logrado esto, la felicidad llegará por añadidura.
Por eso es que Cecilia nos dice en este poema que “hay ofrenda entera a vos// y la hay en mí.” Es esta ofrenda el darse en la armonía del encuentro; no pedir nada. Ofrecerse es la clave.


Amarte
Veamos aquí cómo funciona la pareja como dipolo pro activo en función del crecimiento individual y mutuo. Es el aumento de lo personal en la unión. El fenómeno del Amor bien concebido es lo nutriente y eficaz que resulta a nivel de la persona.
Cecilia nos lo está diciendo aquí: “fue el aprender a enraizarme como mujer”
Y también para su Walter ha sido un crecer en el camino: “fue aprender a permitirte el vuelo con tu ansiedad tan terrenal”.
En nada se opaca lo personal de cada uno. En cambio se mejora y se crece.


Quiero sentir el Amor
Aquí se hace presente ese maravillarse con las fuerzas de la naturaleza en sus dos polaridades estelares: el sol y la luna surgiendo de la infinitud del horizonte. Y aparece ese querer pertenecer a tal evento magnífico en armonía. Así nos dice: “Quiero beber el deleite//de amarnos”.


Esto es ponerle rocío del alba
No hay sensación de agotamiento ni rutina para este amor. ¡Siempre es un renacer!! Aún en el ocaso se le pone alba.
Porque funciona en todo momento ese mecanismo depurador interno que limpia las acciones y aconteceres diarios, en la persona que se propone realizar esta tarea permanentemente. De este modo se le pone siempre presencia nueva a la relación. Así es que Cecilia nos lo describe como “Esto es poner el rocío del alba//en los atardeceres//y sentir el beso de Dios//siempre renaciendo en uno.”



Hay una paciencia sabia
Estos son resultados concretos que nos comunica Cecilia; logros de a pasos constantes; la movilidad de pareja se pone en juego. Esta movilidad es una de las dimensiones del Amor, siendo las restantes la presencia y la pureza.  Se aplica aquí al empleo de las diferencias entre los componentes de la pareja como bipolo motriz, propulsor de cambios y ayudas mutuas nutrientes.






Un pestañeo
Veamos estas tres herramientas que nos muestra Cecilia que utiliza en la intimidad de su relación:
·        El estadio donde baja el nivel de las ondas de la mente, aquietándose esta como las aguas de un lago que sin viento conforman un espejo en su quietud. Así posibilita el contacto profundo de alma a alma.
·        Compartir el alimento. ¡¡es un misterio de unión!! El humano personaje siempre festeja con una ingesta. Jesús implantó la Eucaristía a partir de la última cena, recreando ese momento en un Kairós.
·        La unión de los cuerpos y el éxtasis conforman el sumum de la unión de pareja. En la plenitud del éxtasis se toca el cielo de a dos. Esto produce alegría, que si es correspondida plenifica en el Amor.

Nos ayudamos Amor
Aquí nos revela Cecilia que amar no es fusionarse con el otro, sino unirsele manteniendo las diferencias.
“hay un espacio//que solo cabe en cada uno” nos dice.
Pierre Teilhard de Chardin lo postula en un principio de oro: En el Amor, la unión diferencia”.


A veces
He aquí el corazón del problema que el Amor nos plantea: el tipo de fenomenología de que se trata. En el amor lo espacial no tiene ingerencia. Poner el dinero, la casa, las comodidades adelante no cubre ningún objetivo para el Amor.
Porque el Amor se lleva armónico con el tiempo, con la luz, por eso es que debe ser convocado continuamente. Nada hay en él de adquirido para hacer su continuidad asegurable.
El Faraón hizo la pirámide hace cinco mil años. Allí está. Pero no sabemos siquiera si amó...


Qué luz cuando el abismo
Las crisis y su abismo relatados en el poema.
El resultado potente en los “...frutos sanos y maduros”, los hijos que hoy están dando fe de lo actuado.
Así los siente como columna hacia el futuro en la descendencia, merecido premio a la perseverancia en el Amor.


Amados Hijos
Refiriéndose al amor a sus hijos encuentra a Dios en el abrazo de la vida. Y se le aparece como suele hacerlo, por intermedio de la Gracia, que fluye cuando el alma se purifica.


Al concluir la lectura de este sustancioso libro de poemas constatamos la obtención de varios resultados:
El primero es que, tal como nos lo anunciara Cecilia en el comienzo, el poema se hace oda.
En efecto, esta obra nos remite, desde su relatora, a un único personaje: su Walter amado.
Sin embargo puede extrapolarse tranquilamente a cualquier pareja de amantes que hayan sabido aprender los secretos del Amor bien concebido y entregarse concientemente a los brazos del Misterio.
El segundo resultado que se me aparece es el preciso punteo que se nos presenta de los detalles de la fenomenología del amor de pareja: la movilidad como una de las tres dimensiones del amor; la no fusión del dúo sino la unión pro activa; el fenómeno totalizador en la acción; la aparición de la Alegría como manifestación del fluir sin obstáculos del Amor;  la inserción del Amor en la fenomenología de la temporalidad y no en la del espacio; la recepción de la energía amorosa proveniente de la fuente única espiritual asentada en la divinidad.
El tercer resultado es que, lo que estos poemas tienen de concomitante, es un estudio detallado de la metodología de trabajo a aplicar para lograr un excelente resultado en la conformación de una pareja, sin caer en las desviaciones de un “egoísmo de dos”. En tal sentido me recuerda el decir de Rubén Vela en relación al “trabajo de herrero” que significa realizar un poema.
Quiero agradecer finalmente a Cecilia Glanzmann quien me ha dado la magnífica oportunidad de presentar este tan apasionante poemario.

Miguel Fernando Marlaire
Buenos Aires
Miércoles 2 de noviembre de 2016
Gente de Letras

ANEXO:

   PARICIÓN
Invadida  de poesía
del afuera y del adentro
sube la palabra
sube desde el aljibe de mi alma
se remansa por el cántaro del cuerpo
busca colores y  sonidos
y el aroma de lo horneado
en mi corazón henchido de existencias.
No hay cauce lineal
no hay puerto que la despida  o la reciba.
Solo se acuna hasta aletear
y se desentraña en la mirada
con la poesía del afuera y del adentro.
La mano traza el vértigo acompasado de silencios
y se torna transparente hasta ser voz  en el poema.
La escucho en el relámpago del cáliz
abriéndose en  mil pétalos blancos.
La poesía del afuera crecida en el adentro
fluye  renacida.
                                      
                                        Cecilia Glanzmann



En este nuevo poema se describe ese reconocimiento de la palabra fluyendo por dentro y por fuera, invadiéndolo todo con la poesía, ese aletear como el pájaro naciente al iniciar su vuelo, ¡esa magia que nos une al Misterio! 
Sin dudas Cecilia, vives en el poema. Por eso dices “invadida”, porque no sólo sientes el fluir de la expresión poética ante los hechos, pensamientos e ideas, sino que percibes todo lo que ocurre como adorable.
Recibo tus poemas del mismo modo que me llegan los de nuestro querido Rubén Vela, con esa intensidad que hace vibrar mi alma.

Miguel Marlaire
31 de octubre de 2016



2 comentarios:

  1. Excelente análisis de Miguel Marlaire que comparto ampliamente.
    Bellísimo poemario.

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  2. Celia... Muchas gracias por tu valiosa opinión sobre el análisis que hizo Miguel Marlaire de Cuando amar es vertiente. Y por tu valoración de mi poemario. Abrazo de luz. Cecilia

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Muchas gracias por dejar tu comentario. En breve lo contestaré.
Cecilia