EN PENÍNSULA VALDÉS
Admirados, asistimos a la
actuación
de los gaviotines y de las pardelas.
de los gaviotines y de las pardelas.
Es un vuelo ritual. Como un vuelo
sagrado.
Cada ave danza, en coreográfico
sortilegio
de espuma etérea , cuando roza el agua en
busca de su presa.
Coreografía de espuma y viento
los gaviotines zambulléndose
en remolinos de nácar
con el oleaje de la bajamar.
Remolinos de vida
en explosión
respondiendo a las tropillas de
arenisca
que a zancos por la dura playa
avanzan con el Padre Viento.
Sinfonía de cantos de los pájaros,
pura melodía
y
nosotros, rezando, en alabanza,
y
en silencio.
Como nubes ligeras pasan,
acariciando la tierra hacia el mar, las vestiduras de arena del viento, en este
recodo patagónico atlántico. Un paisaje egipcio, como un mundo paralelo, aquí,
en Península Valdés.
Como nubes ligeras pasan,
susurrando mantras, en vibraciones
tehuelches y mapuches, en ondas que se expanden, planetarias.
La creación creándose nos mueve a la plegaria.
En alabanza y en silencio.
Cecilia Glanzmann
( De: Juglares del silencio. Patagonia
argentina, libro trilingüe, Editorial Vinciguerra)
Estuvimos acampando unos dias en Pardelaa y por la Peninsula. Lo que expresa el poema es vigente vivencia y lo de mi ser interior. Cecilia G.
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