A SU
PARTIDA, el 20 de abril de 2017, en Bell Ville, Córdoba.
Gracias mamá Olga amada... abue inolvidable...y tía
y hermana y suegra y bisabuela y amiga ...Mujer fuerte ante las adversidades en
tu vida, con valores y trabajo, con infinito amor, con sonrisas y juegos y
ocurrencias, con tu docencia y tu creatividad...
Te amamos. Te amo y sé que estás en paz y junto a
los tuyos que también se nos adelantaron... en ese plano de paz y luz. Me llega
tu sonrisa hermosa porque fue siempre la de tu alma.
Este 25 de abril
del 2017 cumplías tus 96 años, partiste 5 días antes... pues tus ángeles
te tenían preparada una fiesta más bella en el Cielo.
Unas
fotos de sus 20 años, de tus 85 y de no hace tanto, con sus
hijos, Horacio y yo.
A UN MES DE SU PARTIDA
Mamá
Hace tan pocos días, se entibiaban tus manos en mis
manos.
Con
tu corazón de madre nos recitabas quedo y firme a tus dos hijos, aquel Consejo Maternal y sentíamos… más que
nunca, que era tu mensaje póstumo . Sabías que tendríamos una pena y querías diluirla con tu consuelo celeste
desde ese cielo gozoso de las almas, adonde
te ibas.
Hoy
a un mes de tu partida, en este 20 de mayo, te sabemos en tu paz serena, pero
con ese guiño del cariño, para no caer en la congoja.
Mis
manos en tus manos, hace tan pocos días, se nutrían de tu legado de amor y en ellas viven.
Tu Ceci (Trelew, 20 de mayo de 2017)
Foto de mi mano en su mano, a fines del 2016
A nuestra madre Nilda Olga Porta de
González , tus hijos Horacio y Cecilia y sus/tus familias.Bell Ville, 20 de
abril- 20 de mayo-2017-
Madre,
palabra
redonda
de
azahar y siembra.
Madre
mía,
palabra
redonda
sin
fondo
sin
sal,
como
tu entrega
de
sonrisa y pan.
Madre,
palabra
redonda
sin
fondo
de
sol.
Con
el mayor de sus diez nietos-Germán (mi hijo)
Con
uno de los menores de sus diez nietos, Nicolás (uno de los mellizos de mi
hermano Horacio, junto con Alejandro
-
Sus diez nietos son:
Germán,
Gabriela, Ana Paula, María Valeria y Ariadna-mellizas. (de Cecilia y Walter)
Laura, Ana Silvia,
Fernando, Nicolás y Alejandro -mellizos- (de Horacio y Tely)
Uno de los varios poemas
que le escribí, este publicado en “Y aún el bosque mágico”.
Hablamos,
madre, en la noche fresca del verano.
Hablamos de
los veranos que se nos van de prisa
como se van
las etapas de la inocencia tierna,
como se van
los hijos y los nietos,
como se va
la vida de a poquito
siempre
y que aún
conscientes del acecho,
ignoramos.
Hablamos
del otoño entrado,
de ese que
les vemos a los otros
y que no
sentimos propio,
en
absoluto.
Hablamos
del hilo sutil que anuda y suelta.
Hablamos,
madre,
una vez más
de lo mismo,
como si
fuera para cada una, nuevo.
Por qué,
por qué...
no lo sé
ni lo sabes.
Solo pasa.
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Cecilia