martes, 15 de septiembre de 2015
GERMÁN CÁCERES
de Cecilia
Glanzmann
(Vinciguerra, Buenos Aires, 2014, 32 páginas)
El tono es confidencial, como si la autora le leyera
al lector poesías dictadas por otros (”Eso dicen”).
Es un poemario de paz, calma y del retiro solitario (“Pareciera que nada pasa/
mientras el preludio del alba/ avanza”). Su contenido es humano, optimista,
esperanzado y se expresa con excelentes imágenes: “Cuando se me escapa la luna/
tras el fuego del agua”.
Toda esta alegría va acompañada de reflexiones acerca de la existencia y de la
vida en general. Se percibe un canto sencillo y a la vez hondo hacia la
naturaleza, ya sea en su magnitud (“hay astrólogos hablando con tus entrañas/
para cifrarnos mensajes que recibirán algunos/ y otros…serán influidos sin
saberlo”) como en sus mínimas manifestaciones (“Tiene pecas el vidrio de la
ventana/ pecas embarazadas/ de inesperada lluvia”).
Cecilia Glanzmann nació en Bell Ville, Córdoba, pero reside en Trelew, Chubut,
desde 1972. Entre sus obras publicadas figuranEcos mi voz, Territorios del
ser y del instante (Faja de Honor de la ADEA 1990), Y aún el
bosque mágico, Amor de Remolacha, Hilanderos de la luz, Ritual de las cigarras,
Liberándonos, Metodología de estudio. Juglares del silencio- Patagonia
argentina (Mención de Honor SADE 2008, declarada de Interés Cultural
por el Honorable Senado de la
Nación ), Del arpa del caminante, Aprendiz de pájaro.
En 2010 el Gobierno de la Pcia.
de Chubut la distinguió como “Mujer Destacada”.
Germán Cáceres
Publicado por Biblioteca Popular Carlos Sánchez
Viamonte en10:09
Etiquetas: Cecilia
Glanzmann, crítica, Germán
Cáceres,literatura
OSVALDO ROSSI
Aprendiz de pájaro - Cecilia Glanzmann
Editorial Vinciguerra S.R.L., Buenos Aires 2010
Desde la portada del libro, la autora nos invita a
conocer su universo simbólico. Una vez que abordamos la lectura, los poemas que
integran Aprendiz de pájaro no hacen
sino confirmar la riqueza de ese universo. De los muchos ejemplos que pueden
citarse, elegiré dos que a mi juicio resultan emblemáticos: el árbol, que es protagonista de varios pasajes (y también
está presente en la ilustración de la tapa)
y el pájaro que forma parte
del título.
Uno y otro aparecen en el poema Instante, pleno de imágenes y connotaciones. En la primera estrofa
dice Cecilia Glanzmann:
“En el árbol de las horas/ suspiran/ y
bostezan/ los pájaros sin alas.”
El árbol es un
símbolo citado con frecuencia tanto en la tradición occidental como en la
oriental; la idea de la elevación es
casi inseparable de su imagen. La verticalidad remite al estado intermedio
entre el cielo y la tierra, vinculando la vida subterránea con el afán de las
ramas por acercarse al mundo celeste. En el sentido más amplio, el árbol
representa “la vida del cosmos, su densidad, crecimiento, proliferación,
generación y regeneración.”[1] En
la tradición judeocristiana, hay ya una temprana referencia al árbol de la vida
y al del conocimiento en el libro del Génesis
(Gn. 2,9) y particularmente en la iconografía medieval cristiana, la cruz
aparece representada muchas veces como árbol de la vida. Al mismo tiempo, en la
tradición oriental hay frecuentes referencias al símbolo del árbol en los Upanishads, y resulta particularmente
relevante para este caso destacar que el mismo Buda alcanzó la iluminación a
los pies de un árbol.
En cuanto al pájaro, su elección para el título de este
libro tampoco parece casual. Ya para los egipcios “todo ser alado es un símbolo
de espiritualización” y en uno de los textos de los Upanishads se hace referencia al “pájaro Atmá, puro conocimiento,
libre e incondicionado” [2]. Hay reiteradas alusiones en los libros
antiguos al pájaro como portador del mensaje, significación que me parece
destacable en el caso particular de esta obra de Cecilia Glanzmann (“El amor es el Verbo/ El poeta, un mensajero”
dice C.G. en la portadilla).
Ambos símbolos citados anteriormente se unen en el verso
de la página 32,
donde la autora dice: “En el Árbol, soy aprendiz de pájaro.”
En cuanto a la palabra Aprendiz, que también integra el título, el Diccionario de la Real Academia
Española nos dice que es la “persona que aprende
algún arte u oficio.” Como la poeta, todos somos aprendices en la vida. Y éste
me parece uno de los rasgos esenciales del libro, su carácter ecuménico;
Cecilia Glanzmann habla de sí misma, y habla también de todos nosotros.
Aprendiz de pájaro está surcado por las
reflexiones que caracterizan a un espíritu religioso, iluminadas por un
lenguaje poético que embellece la natural opacidad con que esas reflexiones se
nos manifiestan inicialmente.
No estamos
sólo en presencia de un libro de poemas. Estamos, también, frente a
meditaciones que son el resultado de experiencias de vida. Las imágenes
convocadas son a la vez expresión del mundo íntimo de la autora e intentos de
contacto con el lector, a la manera de los textos de la tradición mística de
Oriente.
Esta obra
expande el universo de lectores para integrar no sólo a los que habitualmente
disfrutan de la poesía, sino también a quienes buscan palabras de contención,
de armonía, de paz.
Quiero
detenerme un momento en el poema Meditación.
En él, la autora hace referencia a un momento epifánico, al instante en que las
percepciones y reflexiones abren las puertas al conocimiento. Recordé al leerlo
que, en su versión original, este libro incluía un subtítulo: “Meditaciones”.
Ese subtitulo, de ninguna manera aconsejable en un libro de poesía, me pareció
acertado en este caso. Porque, como dije, éste no es solamente un libro de
poesía.
Hay autores
cuyo lenguaje poético se advierte adelantado a sus experiencias de vida.
Autores, por el contrario, en los que es posible conjeturar que su lenguaje
poético aún no alcanzó la riqueza de sus experiencias. Fue T.S. Eliot quien
primero advirtió ese defasaje entre el desarrollo técnico y el desarrollo
espiritual. Lo que insinuó fue que “debería existir una correspondencia entre
la maduración de una sensibilidad y sus métodos de expresión en diferentes
etapas”.[3]
Después de
leer sus últimos libros, y en particular Aprendiz
de pájaro, es sin duda posible afirmar que Cecilia Glanzmann ha logrado esa
singular correspondencia.
Osvaldo Rossi - Noviembre 2010
[1] Cirlot, Juan
Eduardo – Diccionario de Símbolos –
Ediciones Siruela S.A., Barcelona 1998.
[2] Cirlot, Juan
Eduardo – Op. Cit.
[3] Heaney, Seamus – Al buen entendedor – Fondo de Cultura
Económica, México, 2006
SUSANA BOECHAT
Aprendiz de pájaro, Cecilia Glannzman,
Editorial Vinciguerra,Buenos
Aires,2010
Breve
poemario lleno de luz cristiana donde el
paratexto se une al texto en una simbiosis perfecta
:acápites de Gandhi, San Juan de la Cruz , Teresa de Calcuta ,La Biblia.
Versos libres
con imágenes sugerentes donde
se alcanzan picos de altura estética .Ese lenguaje metafórico campea en el libro
desde el principio al final y nos
hablan de una base teórica
indiscutible:
Uso de una lengua literaria diamantina.
Ej.:
“Cuando te hieren
como
saetas volcánicas
las
oscuridades que ciegan”
(.
..)
“ese
vientre felino tan suyo”.
Planeta
tierra
El
hombre y
la altura espiritual al que
podrá ascender con la luminosidad y libertad
del pájaro, aprendiz de divinidad.
“esta
libertad
es
la alondra necesaria.”
Cincel
En
el poema que da título al poemario: Aprendiz de Pájaro nos dice la
poeta:
“en
el árbol, soy aprendiz de pájaro”
En
El Vuelo recalca la función de la poesía y el amor, “hay luz en
la energía del amor”
El
Macrocosmos dentro de nuestro
microcosmos:
“Aún podemos
rescatar
de
nuestro ser
el
Universo.”
Rescate
Rechaza la guerra, los holocaustos humanos:
“que el holocausto no
retorne para nadie.”
Redención
Entre
los poemas que más me impactaron
por su belleza formal se encuentran:”Instante”,Esquirlas”,”Sobre el eje terrestre.”,Centrarse”
Hasta me atrevería
a decir que cuando la autora se aparta
de un mensaje cuasi-religioso y ahonda una persecución existencial ,la
función del Hombre en el Mundo, se ahonda
su canto lírico y alcanza alturas inéditas.
Así
en el poema:
Sobre el eje terrestre
“Escapan hacia el Sur
los bisontes del ártico
hay
un mandato inaudible
hay
un sendero de estrellas que ellos miran.
escapan
fugitivos de su propio reino
peregrinos hacia lo ignorado.”
Centrarse
“Este
perderse entre los otros
anónimos ellos y uno
en
la ciudad atragantada de vorágine
me
centra
en
la esperada encrucijada.
Instante
“En
el árbol de las horas
suspiran
y
bostezan
los
pájaros sin alas.”
(…)
“se exilian
sin miedos
las sombras de la noche.”
Nuestra autora
no quiere más la guerra para la humanidad:
“El
viento trae esas esquirlas grises
(noticias
de guerra).
hay
pájaros que cantan
y
por ahí
se
mueren.
Alta poesía la de este “Aprendiz de pájaro” que ha
aprendido a volar por encima de lo evanescente y se consolida en nubes y celestes.
Susana
Boechat
(Buenos Aires, 23 de febrero de 2011)
MIGUEL FERNANDO MARLAIRE
MIGUEL FERNANDO MARLAIRE
SOBRE: APRENDIZ DE
PÁJARO
Cecilia Glanzmann nos regala en
este libro la visión poética de la realidad que no vemos, la que sin embargo
nos contiene y define la meta de nuestro devenir.
El planteo de los conceptos
reconoce cierta hermeticidad, un encriptamiento a descifrar.
Está volcando en vibrantes poemas
su certeza sobre la maravilla de este Universo.
Es un escrito pleno de optimismo,
basado en la percepción del doble origen del Hombre:[i]
el Yo egoico que se
vincula con el cuerpo y procura su subsistencia material, y el Ser esencial que reconoce
una conexión insistencial.
Esto lo dice explícitamente en el
epígrafe a su poema “Cincel”, con una cita bíblica de Corintios:
“El primer hombre hecho de la
tierra era de la tierra, el segundo hombre es del cielo.”
También lo anuncia en “Planeta
Tierra”:
Planeta
entre dos reinos,
con
fe en el amor es tu prometeico canto…
La conexión insistencial se perfila
recién cuando se accede a un cierto grado de madurez espiritual, por lo que no
resulta de fácil acceso. [ii]
Es que para percibirla es preciso
reconocer el “Misterio”, tal como lo dice en el mismo poema:
Y
te yergues cantándole al Misterio.
La autora nos da pistas sobre el
camino que debemos tomar para encontrarnos con ese nuestro Ser esencial:
Esta
libertad que nos fue dada
y
que nos suelta el alma
dejando
desnuda la densidad de humanos
esta
libertad
es
la alondra necesaria
para
guiar cantando.
Y sigue más adelante:
Del
perdón cincelando
el amor en
desplegadas dimensiones
de
la sinfonía cósmica a la que nuestra libertad aporta
de
la esencia que espera
nos
está hablando el Divino
Ser que nos habita.
Fijémonos en estas claves:
libertad, amor, perdón, Divino Ser que nos habita.
El amor y la libertad constituyen
dos entidades acopladas de primera especie que en su libre andar generan en
nosotros la armonía del ser.
No existe posibilidad de
encontrarla si no nos dejamos acompasar por esta dupla que se apoya y se
conduce con la humildad.
Es necesario el despojo de los
sentimientos de aprehensión. Así es que Cecilia nos encamina hacia esa
maravillosa y balsámica solución que es el manejo del perdón.
La maravilla de esta comunidad
humana es la posibilidad de la reconciliación, basada en el perdón.
No nos resulta simple controlar a
nuestro ser egoico para evitar lastimar a nuestro prójimo.
No estamos siempre dispuestos a la
renuncia de nuestras comodidades, a la modificación de nuestros proyectos, al
cambio, a la adaptación al Otro, como para no generar roces y disgustos.
Estas actitudes son las que merecen
el perdón del otro.
Para ello debemos ser humildes en
el reconocimiento de nuestras falencias, nuestros yerros, nuestras
mezquindades.
Allí es donde la reconciliación
cobra necesidad y fuerza.
Esta es la herramienta para lograr
la verdadera cohesión, es decir más precisamente: la cohesión posible, ya que
la postura armónica resuelve desde ya la natural unión entre los humanos, pero
ante la disfunción la reparación es lo conducente al éxito de la gestión
unitiva.
El perdón, la reconciliación, es el
mecanismo que posibilita la praxis del amor.
Hay
una vibración luminosa
que
suelta el amar y el
perdonar.
Todo esto está diciéndonos Cecilia
desde la síntesis poética que todo lo abarca y todo lo puede expresar con simpleza.
La verdad siempre está en lo
simple.
En el poema que le da el nombre al
libro, cifra el misterio sobre el estadio en que nos encontramos los Humanos.
Soy
sueño en esta vigilia humana
sucio
el pico de tierra
de
alada tierra suelta
en
mi soy,
picoteo
ciego
dormido
desvelado
los
akásicos códices
y
en ellos
saboreo
gozoso el rocío del alba
iluminada
de símbolos.
En
el Árbol, soy aprendiz de pájaro.
Estamos en esta tierra para
aprender.
Para aprender a volar, es decir
para establecernos alguna vez en esa segunda versión del humano, centrado en su
espíritu divino.
El árbol en que nos ubicamos es el
árbol de la vida, el axis mundi,[iii] la escala de Jacob, el vínculo entre
lo terrenal y lo divino. Por eso lo pone en mayúscula en el texto. Tiene
connotación de unión entre la tierra y el cielo.
Nosotros tenemos vocación de cielo,
por eso somos aprendices de pájaro.
Dice ser sueño en la vigilia
humana. Es el sueño de Maya,[iv] la ilusión que significa esta vida a
los ojos del hinduismo, el velo que nos oculta el verdadero origen.
El sucio pico alude a la realidad
del aprendizaje a partir de lo terrenal, lo denso, lo corruptible alcanzado por
la muerte.
La alada tierra denota la
posibilidad de rescate de los elementos densos a sutiles; la realidad escondida
en la materia.
La ceguera alude al velo de Maya.
La historia y la enseñanza están en
los códices que todo lo registran. Nada se pierde, y en fin último, todo se
transforma.
Esa transformación la logra con el
poema. Nos dice:
la
poesía transforma la caída
en
vuelo.
En el Árbol de la vida ubica al Misterio. Es en él donde podremos
encontrarlo y tal vez develarlo.
Es entonces que nos habla de esperanza, porque esta se
centra desde el amor, llave del Misterio.
hay
luz en la ciénaga aparente
de la vida
y hay luz con la energía del amor.
La luz significa la iluminación, la
develación de Maya.
Porque la luz es una entidad de
primera especie, vivificante, comunicante.[v]
Es la luz la que comunica, informa,
vincula, aporta la vida.
Nos dice que busquemos esta luz en
nuestro interior:
Sí,
está en mí y en todo,
en
cada célula
el
diseño de la Creación.
También
está Dios.
En “Meditación” nos anuncia la
posibilidad de pacificar nuestra alma contemplando lo creado:
y
el hombre
se
sienta en un peñasco
aspira
ese lenguaje tan amado
exhala
en silencio, lentamente
se
le olvida su historia
y
se une al sortilegio del llamado
más
allá del albedrío y del destino.
Somos
parte, se dice,
del
plan de Dios en este mundo.
Y
la paz trasciende
sus instantes.
Eso es precisamente lo que nos deja
este libro: un sabor a paz posible.
Resulta de estos poemas un canto a
la vida con una guía para encontrar el camino.
Cecilia Glanzmann, con la sutileza
de su estilo y la firmeza de su convicción, nos muestra la única senda posible.
Es un canto fundadamente optimista a
la confianza y a la
esperanza.
Miguel
Marlaire
San
Miguel
22
de noviembre de 2010
[i] Ver “El Hombre y su doble
origen”, Karlfried Graf Dürckheim, Cuatro vientos Editorial, 1982
[ii] Es en este sentido en que nos dice: “…y
bostezan los pájaros sin alas” refiriéndose a aquellos que no comprenden el
doble origen humano.
[iii] Axis Mundi: ver Mircea
Eliade, Historia de las creencias y de las ideas religiosas; volumen I; pág.
58; Ediciones Cristiandad. Madrid 1978
[iv] Maya: el hinduismo
plantea este concepto. La vida no es una realidad concreta, es un espejismo,
una ilusión. Todo es ilusorio. Es también un velo que nos impide ver la
realidad, que no es esta que creemos percibir. Dejar la Maya significa salir de
la rueda del Samsara, la de las reencarnaciones, para retornar al origen divino
del Purusa.
[v] La fenomenología del Universo reconoce sólo dos
vertientes, a saber: de Primera Especie la que corresponde a fenómenos que
tienen que ver con la comunicación en forma amplia, que resultan en esencia
vivificantes, aquellos en los que se incorpora al tiempo como pulsación; y de
Segunda Especie a los fenómenos que corresponden a la transacción, a la estructura,
al espacio en su connotación estable y protectiva.
lunes, 31 de agosto de 2015
EN LA ESCUELA N° 110
Este lunes 31 de agosto de 2015, de Puerto Madryn, con toda su comunidad educativa, en turno mañana y turno tarde(completos) presentó UN TOBOGÁN CON BUFANDA.
Emociones.Alegrías. Sorpresas. Creatividad. Juego. Se evidenció la lectura, el trabajo en las aulas, ensayos, actividades de las distintas áreas, y fue todo una gran fiesta maravillosa.
Gracias a la Dirección , Bibliotecaria, Coordinadora de Talleres y de la presentación también, Prof. Roxana Castelli, docentes, padres, ALUMNOS; a las narradoras orales, al Coro Juvenil de la Municipalidad de Madryn, a padres y familias, a mi hija Ana Paula y mi nieta que me acompañaron, como a Edith Albaini, amiga, colega y miembro de nuestro Grupo Encuentro.
GRACIAS A TODOS en nombre de María Valeria, ilustradora, de UN TOBOGÁN CON BUFANDA, de Vinciguerra Editorial, de la Academia Argentina de Literatura Infantil y Juvenil , de cuantos vienen aportando a esta obra, que se va agotando,.. Mi abrazo personal enorme. GRACIAS!!!
LEEME UN CUENTO
De la Revista Virtual
LEEME UN CUENTO, por MARÍA FERNANDA MACIMIANI
(Julio 2015)
Narrativa infantil
Argentina
Título: Un tobogán con bufanda
Autora: Cecilia Glanzmann
Ilustraciones: María Valeria Glanzmann
Editorial: Vinciguerra
ISBN 978-950-843-972-7
Un tobogán con bufanda
es un libro de cuentos, auspiciado por la Academia Argentina
de LIJ, dedicado por la autora: “A todos los niños… y a los adultos con corazón
de niño.”
Desde afuera podemos observar un excelente trabajo en el formato y diagramación
de la publicación. Una hermosa ilustración en sus tapas, colores
brillantes, solapas interiores con información muy interesante sobre la autora
y la ilustradora.
En un tamaño de 21 x 15
cm , la calidad del papel de sus 72 páginas,
permite resaltar el colorido de los dibujos que acompañan cada cuento, donde se
expone la calidez, el colorido y la sensibilidad de las escenas ilustradas, en
general se logra un clima alegre y motivador desde la estética de todo el
libro.
Los siete cuentos muestran valores familiares, de amistad, sociales sin caer en
la simple moraleja. Los títulos son los siguientes: Barrilete, Historia de
lluvia en una tarde de primavera, El huevo azul, El carro de bueyes de Cholila,
Hay sustos que te vuelven equilibrista y Villa alegría.
Con buen criterio, la autora incorpora a este libro “las Notas al pie de
página”, un elemento editorial sumamente positivo para los pequeños lectores, ya
que muchos obvian esta posibilidad de aclarar significados y datos que pueden
ampliar los conocimientos del lector cuando se trata de libros para niños.
En las últimas hojas dos reconocidas escritoras y docentes, Cristina Pizarro y
Bertha Bilbao Richter, integrantes de la AALIJ , aportan con su palabra un plus a este
libro, compartiendo su mirada sobre este material con los adultos
mediadores entre libro y lector.
*****
Promoción
de la lectura, literatura infantil y juvenil y libros para niños. Léeme un
Cuento© 2000 - 2015 - Premio Pregonero 2011 Periodismo Digital.
Premio Hormiguita Viajera 2014 Revista Virtual de LIJ. Un granito de
arena en el mar, regalando un espacio de cuentos y rimas desde mi alma a muchas
otras... AYUDAME, comparte con tus amigos este enlace. Y poné tu granito de
arena...GRACIAS! M.F.M. Cuentos Infantiles Poemas para niños Guía para
mediadores.
HONORIA ZELAYA DE NADER
HONORIA ZELAYA DE NADER
UN TOBOGÁN CON BUFANDA, de
Cecilia Glanzmann
Presentación en Stand ESPACIO
TUCUMÁN, 1/05/2015,41º Feria Inter Libro Bs.As
“Señoras y señores, muy buenas
tardes:
Un muy antiguo y breve relato
esquimal narra que en la noche de los tiempos vivía un pájaro que deseó con tal
intensidad la luz, que la tierra se iluminó.
Este cuento, exaltación de
esperanza y vida, refleja cómo la fe, los objetivos claros, más el ánimo de
lucha permiten transformar la adversidad.
El pobre pájaro vivía el
sinsentido de la oscuridad aislado de las cosas, de sus formas y colores.
Asilado de los otros, sin
identidad, sin juegos, sin gozar de la visión de los amaneceres y de los cielos
estrellados. Pero por decisión de una firme voluntad basada en los sueños, esa
pesada oscuridad se transformó en un torrente de luz. Y el pájaro recuperó el
mundo y le fue posible el gozo y la alegría.
Ahora bien, ¿por qué el
recuerdo y el comentario del antiguo mito en la presentación del libro Un
tobogán con bufanda de Cecilia Glanzmann?
Bien, a dar respuesta a tales
interrogantes nos dirigimos, peo no sin antes presentar a su autora.
Cecilia Glanzmann nació en Bell
Ville, provincia de Córdoba. Hacia septiembre de 1972 nuestra autora se radica
junto a su esposo y sus dos primeros hijos en la ciudad de Trelew, Chubut,
donde posteriormente nacerían tres niños
más. Graduada en Letras, su pasión por la cultura la llevó a cumplir diversas
funciones ligadas de manera incondicional a la literatura en tierra patagónica.
Integró e integra diversas instituciones lingüísticas de proyección nacional e
internacional, entre ellas el Instituto Literario y Cultural Hispánico de
California, la
Fundación Argentina para la Poesía , la Sociedad Argentina
de Escritores, el Instituto de Investigaciones Lingüísticas y Literarias de la Universidad Nacional
de la Patagonia. Es
asimismo Cofundadora del Grupo Literario Encuentro, al que presidió por quince
años, fue presidente de la Sociedad Argentina de Escritores Filial Chubut,
Delegada del Fondo Nacional de las Artes y se desempeñó como Directora de Cultura
de Trelew. Estudiosa infatigable, ha participado como expositora y
conferencista en congresos nacionales e
internacionales y ha recibido importantes distinciones desde su tarea
creadora. Y su vida ha sido una entrega
a la docencia en casi todos los niveles.
Pero esta tarde interesa
señalar de manera central que Cecilia Glanzmann es además miembro de la C.D. de la Academia Argentina
de Literatura Infantil y Juvenil. No en vano en este acto, se encuentran
presentes prestigiosos y queridos colegas de la mencionada institución.
Inscribe numerosas
publicaciones, entre ellas: Amor de Remolacha, Hilanderos de la luz, Ritual de
las cigarras, Liberándonos. Y esta noche nos trae Un tobogán con bufanda, obra
que sin lugar a dudas marca un aporte importante en la historia del género en
nuestro país y hacia ella vamos.
No si antes retomar la
respuesta prometida inicialmente en torno a la relación existente entre el mito
esquimal y la obra que nos ocupa, para señalar de manera contundente que el
nexo es axial.
En Un tobogán con bufanda de Cecilia Glanzmann
no sólo se da el triunfo de la luz sobre la oscuridad, sino que nuestra autora
logra iluminar desde la literatura el mundo mágico de las palabras dirigidas a
la infancia.
Tres poderosos ejes giran en
torno a la obra que nos honra presentar: a)El tema del vuelo. b) El interjuego de la realidad y la fantasía
y c) La inclusión de las redes digitales
entramada con los juegos tradicionales.
a) Respecto al vuelo nos
apoyamos en lo señalado por la académica Bertha Bilbao Richter cuando expresa
que Cecilia Glanzmann intenta en esta obra “hacer de los niños incipientes
aprendices de pájaros capaces de posarse en el árbol de la vida para embellecer
el mundo”.
b) En cuanto al interjuego de
la realidad y la fantasía hacemos nuestros los conceptos vertidos por la Profesora Licenciada
Cristina Pizarro cuando expresa que los mencionados factores se plasman en el
amor y el respeto por la naturaleza, en el contacto cercano con el suelo, con
el río, con las plantas, con los pájaros y otros animales.
c) Y ubicados en la inclusión
de los temas de las redes digitales entre abuelos y nietos, el relato emana un
cálido encuentro generacional que de modo alguno deja de lado los juegos
tradicionales, tal es el caso del cuento titulado El barrilete:
(Cito)
Hace poco creo que me salí del
archivo de la compu.
Parece que alguien muy
curioso hizo clic en ver y otro clic en Zoom y yo, que me
creía algo así como una estampilla colorida, aunque pudiese mostrarme haciendo
piruetas en el aire y dando explicaciones de cómo soy y de cómo estoy hecho
patatín, pirulán, lan, lan…, me sentí de pronto, un barrilete. Síii…, ¡un
barrilete de verdad! De verdad verdadera, en serio te lo digo. No vivo ahora
sólo adentro de la compu.
Conmueven el lirismo y la
fantasía de Historia de la lluvia en una tarde de primavera, la calidez de Un tobogán con bufanda, la magia
de Un huevo azul, la riqueza histórica y maravillosa que late en El carro de
bueyes de Cholila, el encanto, la desbordante imaginación, el sabor de la gota
Panzuna y de la gota Flaquina, quienes quedaron haciendo equilibrio hasta
volverse equilibristas. Una página impregnada del sabor de la cocina
familiar. No menos enternecedor y
convocante es el cuento Villa Alegría en el que un niño por nacer ilumina
mundos.
(Cito)
Vivo en una panza muy cómoda y líquida
y desde hace seis meses me llaman Ulises. También Uli. Paseo por la Ciudad de los Sueños y no
sé bien si mamá y papá se dan cuenta de todo lo que conozco de este lugar.
Indudablemente, en Un tobogán
con bufanda hay niños adentro buscando y
encontrando el lugarcito que anhelan. Hay niños y jóvenes construyendo y
desconstruyendo, en función de la magia de palabras que convocan y encandilan.
Hay historias que hacen enmudecer, pero nunca dejan indiferentes a sus
lectores, porque late en esta obra un mundo proyectado por una auténtica
creadora desde la magia de palabras que convocan y encandilan. Sí, se trata de
un mundo especial. De la creación de una intimidad. De aquello que se está
gestando en el alma infantil como respuesta a lo circundante.
No es ningún secreto que el
niño necesita de sueños y juegos. En latín diríamos de illudo, de in más ludo. ¿Acaso no juega desde
la lozanía de su ser al juego del verbo creador que lo hace crecer y que le
permite madurar y ser él mismo, palabra?
Indudablemente esto es así, el
niño necesita jugar con historias, sondear territorios infinitos y legendarios,
prefigurar la grandeza del espíritu en la virtud, conjugar creación y magia,
deseos y juegos.
No en vano cuentos y
trascendencia son los binomios de la
varita mágica que posee la gracia de convertir el universo en un paisaje por
cosas deseables, que son y han de ser realidad para que el niño de hoy habite
mañana en un mundo humano como el que enmarcan historias que nos cuenta Cecilia
en Un tobogán con bufanda.
Un tobogán con bufanda no sólo
invita a recrear mundos, sino que valora los sueños infantiles, sus relatos,
sus palabras, y en consecuencia supo recogerlos y hacerlos libro. Un libro que
nos recuerda aquel pasaje a través del espejo en el que la heroína se encuentra
de frente con un fabuloso unicornio y lejos de aterrorizarse, con una sonrisa
de asombro exclama:
-¿Sabes una cosa? Yo creía que
los unicornios eran unos monstruos fabulosos. ¿Nunca había visto uno de verdad!
-Bueno, pues ahora que los dos
nos hemos visto, yo creeré en ti, si tú crees en mí, ¿trato hecho?
Mención especial merecen los
dibujos realizados por María Valeria Glanzmann, hija de nuestra autora, a
través de una poderosa técnica y sensibilidad creativa.
En suma: Un tobogán con bufanda
entrama relatos fantásticos en los que junto a la lógica convive la más libre,
desbordante, extraña y anticonformista fantasía que permite encontrarnos con
mundos al revés, con juegos de lenguaje, con absurdos, con paradojas, con
adivinanzas, en las que las palabras llevan en la médula el compromiso de
vivir.
Mi querida Cecilia, mis
queridos colegas y amigos, prestigiosos invitados especiales, les reitero el
dolor que me produce no poder estar físicamente presente en este acto, pero
tengan la seguridad de mi presencia espiritual.
A todos mi cordial abrazo, a
María Teresa D´ Andrea mi gratitud y a la autora mi reconocimiento infinito por
este honroso espacio.
Honoria Zelaya
de Nader
(San Miguel de
Tucumán)
N: Un tobogán con bufanda se
presentó en ESPACIO TUCUMÀN, en la 41 Feria Internacional del Libro de Buenos
Aires, el 1 de mayo de 2015. Invitaron y organizaron Espacio Tucumán de la Secretaría de Cultura
del Gobierno de la Provincia
de Tucumán y la
Academia Argentina de Literatura Infantil y Juvenil
(auspiciante de este libro, editado con
cuidado y exquisita belleza por Editorial Vinciguerra)
Gratitud a todos!
Y a la familia , amigos y colegas que asistieron.
Cecilia Glanzmann
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